Luis Ortega Brú (1916-1982) es conocido por su obra imaginera, por sus Cristos de desgarrado sufrimiento, por la mirada terrible de Caifás, por el naturalismo expresionista de sus esculturas vinculadas a la Semana Santa. Fue quizás el imaginero que supo en el siglo XX insuflar aire puro, vida, a ese neobarroco un poco estancado por las reinterpretaciones de las mismas iconografías a través de siglos. Revitalizó el arte imaginero y mucho podemos decir en este sentido de su legado.