De los dos cercos que sufrió el castillo de Gibraltar en 1333, resulta especialmente interesante el segundo de ellos, cuando el rey Alfonso XI intentó recuperar para Castilla la plaza gibraltareña. Las peculiares circunstancias que envolvieron este cerco nos da pie para tratar el asunto desde la doble perspectiva de la logística y de la geología, factores que influyeron en el resultado final de aquel lance histórico.