La Trocha es un camino que comunicaba la bahía de Algeciras con occidente a través del corredor de la Janda. Fue en el siglo XIX cuando acabó formando parte de las trastiendas estéticas de un buen número de viajeros románticos que hollaron sus recodos con la intención de narrar experiencias viajeras teñidas de exóticos riesgos. Cuando Victor Hugo construía castillos en el aire entre bandidos aragoneses y amadas imposibles, un buen número de escritores se desplazaron por esta vía en busca de la costa mediterránea y de Gibraltar. Junto a sus lindes, muchos ubicaron metas reconfortantes y pragmáticos puntos de apoyo tras atravesar
una senda plagada de hiperbólicas fragosidades y bandoleros preñados de tópicos. Estas figuras acabaron por enmascarar una ruta de complejas e históricas funciones, entre las que destaca una que mantuvo a lo largo de siglos: su rol militar.