reflejo de la realidad social existente durante el cambio del siglo XIX al XX.
María Luisa Villalobos Delgado y José Villalba González, fotografías de archivo, Creative Commons y autor.
Por estar situada en las proximidades del centro urbano de La Línea de la Concepción, casi todos los linenses conocen la ubicación exacta de la calle Moreno de Mora, actualmente comprendida entre la Avenida de España (orillando la plaza dedicada a don Juanito el médico) y la calle Granada, a lo largo de un trayecto de unos 317 metros de longitud. Sin embargo, son menos los ciudadanos informados del hecho que dio lugar a la aplicación de este nombre al vial y de los méritos que acumulaba el personaje así reconocido. Antes de entrar en ello, vayan unas consideraciones previas.
Aunque, en puridad, el siglo XX comienza el 1 de Enero de 1901, existe la tendencia de balizar los inicios de siglo bajo cifras más redondas. Sin abandonar esa redondez de nueva centuria a la vista, nosotros nos hemos preguntado cómo se internaba la ciudad en el año 1900, cuáles eran las ocupaciones y preocupaciones que embargaban a sus munícipes al alborear de ese año, y para ello hemos repasado las actas municipales de enero, mes en el que se celebraron cuatro juntas consistoriales, y en las que menudean asuntos de menor importancia, como permisos de obras para viviendas particulares o decisiones burocráticas de escasa trascendencia, además de la aprobación de gastos municipales ordinarios. Sin embargo, entre esta rutinaria batería de acuerdos, destacan dos hechos de una naturaleza más relevante en cuanto a su protagonismo posterior en el devenir de la ciudad y que, de hecho, continúan mostrando su huella en nuestros días. Uno es la adquisición del reloj para la iglesia parroquial, que aún luce desde el emplazamiento en aquellos tiempos habilitado en el frontón del cuerpo constructivo en que se asienta la espadaña del templo, y el otro tiene que ver con el hecho que va a ocuparnos y que ya avanzábamos al principio de este artículo.